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Cómo enseñar a su perro a ladrar menos

Cómo enseñar a su perro a ladrar menos

Aunque parezca increíble, los amos de perros no saben que los perros aprenden rápidamente a no ladrar todo el tiempo. Esto se debe a que dejara de ladrar, exactamente cuándo tu lo quieras y no cuando el lo quiera. Y el perro pronto se dará cuenta de que al ladrar su amo no le dará lo que pida más rápidamente. Es decir, para resolver un problema inmediato, la gente termina el entrenamiento del perro por no tener la paciencia que se necesita! Intentos sin éxito.

La situación tiende a empeorar cuando los amos, antes de ladrar, no satisfacen el deseo del perro. Él no consigue lo que quiere y va a ladrar más fuerte y con más frecuencia. En esta diferencia, gana el más persistente. Huelga decir que, casi siempre, el ganador es el perro. Cuando eso sucede, no sólo consigue lo que quiere, ladrando, pero eso no debe darte por vencido fácilmente y ladrando más fuerte y más intenso produce incluso que el perro logre mejores resultados en cuanto a lo que le pide a los seres humanos!

Por lo tanto, para no fallar otra vez, trata de seguir los siguientes consejos, ya que cada fracaso es más un estímulo para que el perro ladre cuando quiera conseguir algo.

El ejercicio y la actividad
Un perro que ladra mucho casi siempre no tiene ninguna actividad, por lo que tienden a desarrollar problemas de conducta, incluidos los ladridos excesivos. Saca a tu perro a hacer ejercicio todos los días con juegos, caminatas, etc.

Los juegos de correr, tirarle pelotos son los más recomendados, ya que causa la relajación mental y física, además de la alteración de algunos neurotransmisores del cerebro, que actúa de manera similar a un antidepresivo.

La formación se puede insertar en el perro del día a día. Siempre usa un comando que sabe antes de darle algo que él desea, como aperitivo, el afecto y el juguete. Las salidas diarias son excelentes, en el ejercicio del perro, proporciónale una gran cantidad de objetos visuales, auditivos y olfativos, y la actividad a realizar en el lugar que lo lleves también es muy importante para los perros.

Amplia la comunicación
Los ladridos del perro sólo hacen que este más ansioso y angustiado cuando no puede utilizar esta forma de comunicación. Por lo tanto, anima a tu perro a utilizar otros signos para expresar sus deseos. Para ello, ve cumpliendo con las señales alternativas utilizadas por el perro, que no se ha prestado atención. Al igual que cuando se mete la pata en su regazo para pedir afecto o está buscando el picaporte para abrir la puerta a alguien. Nuevos comportamientos de comunicación pueden aprender cómo llevar la lengüeta en la boca para mostrar que quiere pasear o cumplido, para hacer bocadillos.

Errores en la amonestación
Es esencial que el perro no consiga lo que quiere cuando está ladrando. Nunca estés satisfecho mientras haga algo que se considera incorrecto. Una buena ayuda para controlar los ladridos es asociar con algo desagradable, como un sabor amargo en la boca o un susto.
El estímulo desagradable que sea eficaz, el perro tiene que querer evitarlo, y su aplicación debe hacerse en el momento exacto en que ocurre la conducta incorrecta. Cada perro tiene una sensibilidad. Por lo tanto, puede ser útil contar con la ayuda de un entrenador o un especialista en el comportamiento de encontrar la herramienta adecuada y determinar la mejor manera de utilizarlo. Normalmente, agita una lata con monedas para hacer ruido o lanzar un chorro de agua en la nariz del perro para causar una descarga eléctrica o malestar.
Advertencia: si tienes más de un perro, con cuidado de no asustar a los otros perros con el castigo, sobre todo si son temerosos o tímidos. En tales casos, da preferencia a usar un pulverización de agua, puede ser dirigido al perro que ladre sin afectar a los demás.

Estimula que no ladre

Mira, siempre que sea posible, recompensa los comportamientos correctos. Esto incluye el no ladrar. Crea situaciones en las que el perro ladraba deje de hacerlo, y hazle una recompensa con una golosina si no ladra. Y si ladra, repréndele inmediatamente, haciendo algo desagradable para él. Como resultado, muchos perros, al oír el sonido de la campana, corren hacia el dueño y piden aperitivos en vez de estar en el ladrido. Estimular el nuevo comportamiento, en lugar de suprimir la conducta no deseada, controla más fácilmente al agitado o excitable perro también.


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